--¿donde vas?
--¡ya sabes... en el hotel me dieron la dirección de Rafael¡¡el muy desgraciado la dejó por si yo preguntaba por él¡¡¿¿después de haberte violado?¡¡¿¿cómo es capaz de hacer una cosa así? Debiste dejar que lo denunciara... es lo que se merece...
Milo se asusta:
--¡¡no, no... la policía no¡¡
Félix está desesperado:
--¡¡es que después de todo lo que te ha hecho parece que aún lo defiendes¡¡¡no podemos meter a ese hombre en la cárcel por matar a mamá pero sí por violarte¡¡
--es que todo el pueblo se va a enterar y a mi me da mucha vergüenza...
--¡¡tú no tienes que sentir mucha vergüenza... es él quien la debe sentir¡¡¡
--pero es que ya sabes cómo es la gente de chismosa y como yo me fui con él pues deben creer... ¡¡pero yo te juro que yo no quería¡¡
--claro que lo sé... jamás dudaría de ti... ¿qué clase de persona serías si te regalaras al hombre que humilló a nuestro madre, que la abandonó embarazada?
--eso digo yo... --dice Milo muy pálido y con miedo que lo descubran.
--No sé cómo pero yo lo voy a destruir... ¡¡encontraré la manera de acabar con su felicidad¡¡¡de llevarlo al infierno¡¡
--pero sólo te quiero decir que no comentes con mi papá lo que me hizo ese degenerado... me daría demasiada vergüenza.
--sí por supuesto... me daré por satisfecho si hago que ese pase por el mismo dolor por el que nos ha hecho pasar a nosotros.
Félix cierra la maleta. Le da un beso.
--te llamaré.
Félix besa a su hermano:
--¿te vas ya?
--para qué demorarlo?
--creí que almenos esperarías a papá...
--no puedo... él me querrá hacer desistir y a mi me da mucha rabia... parece mentira que se resigne a lo que ha pasado...
--él quería mucho a mamá... está muy triste...
Dolido, Félix dice:
--pues no parece... francamente no parece que le duela que mamá haya muerto y de una manera tan injusta
Félix toma su malera y se acerca a la puerta:
--¿y qué le digo a papá?
Con amargura Félix le dice:
--lo que se te pegue la gana...
El chico deja la casa en la que tan feliz fue y abandona su pueblo del que nunca pensó salir con ganas de venganza.
Horas después, Felix se desahoga en la ducha. Son muchas emociones que tiene dentro de él. Muchas cosas que han pasado de repente. Camina desnudo por el cuarto mientras se seca la cabeza. El guapisimo hombre está nervioso. Félix llama a su casa. Toma la llamada Milo. Se queda muy impresionado con la noticia que le da su hermano.
--¡¡eso no es posible... que desgracia¡¡
--Parece que lo sientes... ¡¡él te violó no puedes sentir su muerte...¡¡es lo que se merece¡¡
--¿¿como puedes decir una cosa así?¡¡era tu padre¡¡
LLeno de rabia, Félix dice:
--¡¡no vuelvas a decir eso... no se lo merece¡¡
--bueno... mi papá está muy enojado... pero supongo que ahora vas a volver en seguida...
-no sé... ya que estoy aquí me quedaré unos días... hecho el gasto... pero dile a papá que no se preocupe... todo está bien...
Félix se despide de su hermano. Luego se tumba en la cama sin saber que hacer, por donde dirigir su vida. Todo estaba bien pero ahora todo ha cambiado y Felix no sabe que hacer.
Sin saber para qué al día siguiente Félix va a casa de su padre. Un niño negro juega en la puerta de la casa con la pelota. Aprovecha que el balón cae a sus pies para devolverse y así acercarse a él:
--hola... le pegas muy duro... ¿puedo jugar contigo?
--bueno...
El uno tira y el otro se la devuelve.
--¿como te llamas?¿de donde vienes?
--me llamo Félix ¿y tú?
--Bart . ¿no eres de la ciudad no?
--no soy del interior... ¿y porqué estás triste? te noto la mirada triste... --dice para sacar el tema.
--se me murió mi papá...
Félix se emociona al pensar que ese niño que tiene delante es su hermano, el hijo que su papá adoptó con su marido. Se pone en cuclillas y le dice acariciándolo:
--¿Era tu papá...? ¿tu papa se murió...?
--perdona... ¿quieres algo...? --es la voz grave de un hombre.
Félix se estremece todo. No sabe a ciencia cierta a quien pertenece esa voz que se le ha clavado muy dentro. pero:
--tiene que ser él --piensa con una ansiedad que no entiende hacia el que debe ser el viudo de su padre.
Esa voz le ha cautivado y tiene miedo de girarse y decepcionarse. Se gira poco a poco. Ese hombre que le dobla en edad lo deslumbra. A pesar de su amargura, de su tristeza, es un hombre espectacular y Félix se queda hechizado por él. Hay algo en la mirada de ese hombre que lo conmueve y se le olvidan todos sus odios y rencores. Se levanta, no sabe lo que siente pero le gusta. La seducción del guapo joven atrae al hombre a pesar de su dolor. Los dos se miran frente a frente. Sienten algo que recorre sus cuerpos. Ninguno de los dos sabe que es lo que les pasa pero les gusta. Mientras la pareja se mira fijamente, Bart dice:
--papá, es un amigo mío, se llama Félix... Viene del interior.
El hombre mira a Félix con intensidad. Con cierta ilusión. A Felix le sorprende pero le gusta. Con ansiedad, el hombre le pregunta:
--¿Félix?¿Félix Ortega?
--así es... --responde Félix sorprendido.
El hombre lo abraza y Félix se estremece:
--ya te dijo Rafael que yo tenía tantas ganas de conocerte... ¿verdad?... me sentí tal mal, perdona por no avisarte yo de la muerte de tu papá, le dije a mi hijo mayor que tratara de ubicarte, lo hizo, verdad? por eso estás aquí?
--sí --dice fascinado por el interés de ese hombre.
El hombre lo acaricia con mucha ternura, aunque no la ternura de un padre sino la de un hombre. Felix así lo siente y lo disfruta aunque le duele tener que actuar como hijo de ese hombre pero no se atreve a decir que odiaba al difunto, que no lamenta su muerte y que vino a vengarse.
--su hijo... su único hijo de sangre.
El hombre lo mira fascinado y a Felix le gusta como lo trata. Se excita al tenerlo cerca.
--es muy duro pero que te voy a contar... Era tu padre. Supongo que aunque apenas se conocieron pues lo debes sentir tanto como yo. Tengo tantas cosas que preguntarte. Tú fuiste el último que lo viste, ¿porque regresó tan pronto?¿porqué no viniste con él?
Félix no sabe qué decirle. No le puede decir la verdad. Bart le da un estirón de la manga:
--amigo --le dice.
Félix se pone en cuclillas:
--dime...
--¿tú eres hijo de mi papa?¿de mi papá Rafael?
A Félix le gusta sentirse unido a esa gente y sin pensar dice:
--si.
Luego se siente mal. No le gusta haber reconocido que Rafael era su padre y menos porque le gusta su viudo. Mira a ese hombre que medio sonríe con ilusión. Félix sonríe también. El viudo no sabe porque se siente tan bien al lado de ese chico y aunque desearía verlo como a un hijo. No puede.
--entonces eres mi hermano...¿no? –pregunta el pequeño.
Félix lo trata con cariño. Siente la mirada de ese hombre y se estremece. Ese hombre , el viudo de su padre, ese hombre cuyos impresionantes ojos lo ahogan como el mar. La ola de sus ojos lo ha atrapado y lo arrastra hacia él. Félix siente que ya no desea irse de ese lugar.
--si claro... somos hermanos... ¿y te gusta?
Bart lo abraza:
--si yo quiero tener muchos hermanos...
El viudo está muy emocionado. La visita de ese chico ha borrado la tristeza de su rostro.
--¿y te vas a quedar a vivir con nosotros para siempre? --pregunta Bart con ilusión.
Félix mira al guapo viudo y piensa:
--que más quisiera yo.
El viudo también desearía que se quedara pero no se atreve a proponerse pero sí dice:
--de momento se queda a pasar unos días ¿verdad? viniste para eso.
--si claro... -- Félix encantado por la invitación.
Félix sonríe muy seductor y esa sonrisa descongela la frieldad que se estaba instalando en el alma del viudo. Cada vez se siente mejor en la presencia de ese chico al que acaba de conocer. El hombre lo toma del brazo y los dos se sienten muy bien. Desea llevarlo a su casa y alejarlo de las miradas chismosas.
--ven, entremos... supongo que lo sabes. Me llamo Robert.
--lo sé.
Bart toma de la mano a su nuevo hermano. Félix mira a Robert enamorado y el viudo le sonríe con ilusión.
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